PAMI maltrato, corrupción y muertes
Con un enorme dolor en el alma hace una hora falleció mi madre, Sonia Reneé Acosta, estuvo 20 días internada luego de lo que afirmaban era una operación de vesícula sin riesgo alguno. A la fecha PAMI no respondió ninguno de los reclamos y el médico de cabecera nunca se ocupó de cumplir por lo menos su horario. Hay muchos responsables en esta muerte, el ministerio de salud de la provincia de Buenos Aires que brinda un servicio deficiente a los afiliados a PAMI, pero facturan al PAMI como una clínica y el PAMI paga sin que exista un auditor. En estos años de acompañar a mi madre y ser quien llevaba adelante los reclamos, puedo asegurar que el PAMI es corrupto porque se gastan millones en estudios y atenciones médicas que no llevan a nada, la tasa de éxito de casos de sobrevida de afiliados en tratamientos con riesgo medio y alto no supera el 3%.
La contención familiar que se la pueden guardar donde mejor les guste es de $15000 que no representa ni un cuarto de un servicio económico, sería bueno saber que HDP llama a esto contención.
La muerte de mi madre es un golpe muy duro, pero como siempre lo hice, hoy más que nunca quiero que esto no siga pasando, que no queden impunes los médicos sin vocación, que el país sepa como funciona el sistema de salud con los adultos mayores y con todos en general.
Uno siente que es injusto haber ayudado y acompañado a otros en sus reclamos y no haber podido hacer más, porque no hubo tiempo, porque la burocracia hace que los reclamos lleven meses en ser atendidos.
Conservo los mail de cada empleado del PAMI que me respondio ofendido o molesto por mis reclamos y que me decían que no era grave y que podía esperar a ser internada.
Bueno, resulta que lo que no era grave, mató a mi madre, la conclusión es que da dolor e indignación ver a los abuelos que capitan en hospitales como los maltratan, los 5 directores que tiene el Hospital Presidente Perón de Avellaneda, los felicito por ser tan inútiles y va mi maldición a ustedes y sus seres queridos, por cada vez que mi madre fue a pasar la noche para obtener un TURNO de los 5 que daban por día y repetir ese esfuerzo cuando no avisaban que el médico no iba, total que se jodan los viejos.
Ella siempre quiso ser independiente y no «molestar» a nadie, por eso a veces no nos contaba todo lo que le costaba ser atendida, nos cuidaba y ustedes que tienen trabajo gracias al PAMI y los viejos nunca los respetaron, para ustedes también va mi maldición.
Porque no puedo imaginar gente sana trabajando en salud o atención a jubilados que se comporte como ustedes, tampoco imaginon a las autoridades del PAMI que puedan disfrutar sabiendo que tienen las manos manchadas con sangre.
Creo que esto no puede seguir pasando, no podemos resignarnos a que nos cueste millones el PAMI para que no sirva para nada, porque insisto, la tasa de pacientes que sobreviven es bajísima, basta con recorrer los grupos de familiares y leer que ni siquiera los medicamentos son un servicio eficiente.
Curiosamente los medios hablan poco del PAMI, cada tanto publican algo fomentado por políticos opositores pero luego todo queda en una nota aislada, no es noticia ver el padecimiento de los jubilados, no es noticia mostrar que esto pasa porque también existen familiares que no acompañan a sus adultos, otros que se resignan a que ya descansa en paz, cuando los que no deberían descansar son los que viven y se enriquecen con el dolor y la necesidad ajena.
Invito a todos los que sufren a escribirme, a sumarse si quieren a exponer lo que realmente pasa, porque todos vamos a llegar a ser adultos mayores, porque hay médicos que no merecen ejercer, políticos que deberían estar procesados por permitir o ellos administrar mal los fondos destinados a uno de los sectores más vulberables, esos que no reciben aumentos dignos, que son tratados y maltratados como ciudadanos de segunda, cuando fueron ellos los que hicieron y sostuvieron lo que hoy otros disfrutan.
Me resisto a quedarme callado, me resisto a ser cómplice de una sociedad que juega al sálvese quien pueda, una sociedad ignorante que no hace respetar sus derechos, cuantos más seamos y más unidos más difícil será quebrarnos y acostumbrarnos a aceptar que además de currarnos nos maten, pero por sobre todo, que todos estos delincuentes queden impunes.
Por Marcelo Ricardo Hawrylciw
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